miércoles, 29 de agosto de 2012

Las peras de temporada (IV)


Los antioxidantes, que podemos encontrar en las peras, son mucho más abundantes en la zona de la piel, por lo que, se recomienda su consumo, sin haberlas pelado, si es posible, que sean frutas de cultivo ecológico, y, en todo caso, que las piezas estén bien lavadas, para poder eliminar los restos de suciedad y de residuos. Las peras son buenas por el potasio y la hipertensión. Nos encontramos con un contenido moderado de potasio, lo que hace que las peras se conviertan en una fuente muy interesante, del mismo, que hay que recordar que tienen una función muy importante, por ejemplo, en la regulación del balance hídrico intra y extracelular, y la transmisión del impulso nervioso. En caso en que se consume una mayor cantidad de sodio, y un menor consumo de potasio, o por la eliminación del mismo –por ejemplo, por consumo de medicamentos diurético- va a aumentar la posibilidad de sufrir una hipertensión arterial. Por esta razón, un aporte regular de potasio va a ser esencial para lograr el control de la hipertensión. Comer peras en abundancia, junto a otra clase de frutas, y poder sus múltiples variedades, con más frecuencia, a lo largo de la temporada, nos va a ayudar a la hora de poder compensar las necesidades diarias de dicho mineral, que es de unos 3 gramos, al día. 
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Las peras de temporada (III)


Las peras tienen vitamina C y antioxidantes, sobretodo, en una cantidad concentrada en la zona de la piel. La piel de la pera posee altas concentraciones de varias clases de antioxidantes –como pueden ser el ácido clorogénico, arbutina y flavonoides), si lo comparamos con la pulpa, donde sólo nos encontramos con el ácido clorogénico. El contenido en compuestos fenólicos antioxidantes va a variar de 1,2 a 2,0 mg/100 g en la piel, frente a los 0,03-0,08mg/100 g en la pulpa. El ácido ascórbico (vitamina C), por otro lado, posee mayor presencia en el exterior, hasta el punto de que la concentración es cuatro veces mayor en la zona de la piel, que en la zona de la carne. Estos son los resultados logrados en un estudio realizado en conjunto por la Escola Superior de Biotecnologia de la Universidade Católica Portuguesa de Porto y el Departamento de Ciencia y Tecnología Alimentaria del CEBAS en Murcia. En dicho estudio, los autores han asegurado que la capacidad antioxidante de las peras se ha correlacionado con el contenido de ácido clorogénico, al mismo tiempo que la contribución antioxidante de la vitamina C es más pequeña, dando que se acumula una cantidad menor. 
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Las peras de temporada (II)


Y, ¿Por qué son sanas las peras, para nuestra salud? Esta fruta, hay que decirlo, no sobresale, de una forma extraordinaria, por su cantidad de nutrientes, como si pueden hacerlo otras frutas que son mucho más coloridas o que poseen un sabor mucho más marcado. Pero, hay que señalar que si se consume una pieza de esta fruta, de las dos o tres piezas diarias que se recomiendan, vamos a tener un menor riesgo de poder sufrir una enfermedad crónica, sobretodo, del tipo cardiovascular, diabetes tipo II y algunas clases de cáncer (como puede ser el de boca, esófago, faringe, estómago, laringe y pulmones). Las peras, como una gran parte de las frutas, llaman la atención por su aporte de vitaminas, minerales y fibra, además de la poca energía en forma de azúcares rápidos y otros componentes menores, que, en muchas ocasiones, son referidos como fotoquímicos, con efectos muy beneficiosos para nuestra salud. Las peras son muy ricas en taninos. Y, es que los taninos son los causantes del poder astringente del membrillo maduro. De esta manera, pueden ser un gran aliado, para poder luchar en casos de diarrea. Los taninos, gracias a sus propiedades astringentes y antiinflamatorias, poseen la cualidad de secar y desinflamar la mucosa del tracto intestinal y, por esta razón, resultan muy eficaces en los tratamientos, tanto de diarreas, como de gastroenteritis.
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Las peras de temporada


Si apostamos por un consumo habitual de frutas, que tengan la pulpa blanca, como pueden ser las peras, vamos a poder sufrir una menor incidencia de ictus o un infarto cerebral. Es cierto que las peras no son una fruta muy llamativa, ni por su forma, ni por el color que tiene su piel o por su pulpa. Pero, hay que señalar que las peras guardan muchos secretos nutricionales, por no hablar de otros muchos. En una investigación llevada a cabo por la División de Nutrición Humana de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), se ha catalogado a estas frutas según el color de su parte comestible –o sea, de su pulpa- y se ha asociado a estas frutas con una gran capacidad antioxidante. El estudio, que ha logrado asociar el consumo alimentario y la salud o la enfermedad, a lo largo de un período de 10 años, ha determinado que un mayor consumo de frutas y verduras de carne blanca, entre las que nos encontramos las peras, está relacionado con una menor posibilidad de sufrir un ictus o un infarto cerebral. Esta es una gran razón de peso para aprovechar que las peras están de temporada y comer esta fruta, tanto cocinada como cruda. 
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martes, 28 de agosto de 2012

Una dieta basada en la fruta, ¿es sana? (III)


Y, ¿por qué no es sano seguir una dieta exclusiva de frutas? Estas son las dos razones principales: -Es cierto que, como fuente de energía, si consumimos frutas, vamos a ingerir sólo azúcares rápidos, como son la fructosa o la glucosa, que, en determinadas circunstancias de salud y en algunas enfermedades, pueden ser completamente contraproducentes, como puede ser la diabetes, hipertrigliceridemia, una persona que tiende a sufrir mareos y vahídos, a causa de la hipoglucemia, altibajos de tipo emocional, tras realizar un gran esfuerzo físico o intelectual intenso… por lo que no deberían llevar una dieta basada en este tipo de alimentos. 
-La falta de nutrientes esenciales. O sea, el compendio nutricional de las frutas, va a ser: azúcar, como alimento principal, entre un 80-90%; azúcares de absorción rápida –como pueden ser la fructosa, la fructosa-; fibra, tanto soluble, como insoluble; cantidades bastante apreciables, tanto de potasio, como bastante modestas de magnesio y bastante escasas de calcio; hierro y zinc; Vitamina A y carotenos; Vitamina C y folatos; y una gran cantidad de antioxidantes que poseen la función de ser los colorantes de cada una de las frutas (licopeno, beta-caroteno, antocianinas, etc). 
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Una dieta basada en la fruta, ¿es sana? (II)


La mejor manera para poder lograr la energía que necesitamos y todos y cada uno de los nutrientes que nuestro organismo necesita es apostar por una dieta variada, tanto en cantidad, como en la clase de alimentos y frecuencia, en que los consumimos. Esta es una razón, más que suficiente, como para evitar una única modalidad dietética, que esté centrada en el consumo exclusivo de una clase de alimentos, por muy sanos que estos puedan ser, como es el caso de las frutas. Estas forman parte de un variado grupo de alimentos, llenos de color, que son vistos como indispensables y que no se pueden sustituir dentro de un contexto de una dieta saludable y equilibrada. Es cierto que poseen un lugar muy importante dentro de la Pirámide de la Alimentación Saludable y varios organismos de salud y nutrición luchan para que la gente siga los objetivos de consumo saludable: dos o tres frutas, cada día, o el equivalente a la suma, con verduras y hortalizas, hasta llegar a los 400 gramos, cada día... Pero a pesar de esto, nada justifica una dieta que esté basada, única y fundamentalmente, en el consumo de frutas. Foto: fuente

Una dieta basada en la fruta, ¿es sana?


Lo primero que debemos tener en mente es que, nuestro organismo necesita más de 40 nutrientes, cada día, para poder regular nuestro metabolismo y las frutas no van a aportar la suficiente cantidad de los mismos. Debemos recordar que los alimentos poseen cantidades desiguales de cada uno de los nutrientes que necesitamos. Las carnes, por ejemplo, van a destacar por su cantidad de proteínas y de hierro; los pescados, lo hacen por la cantidad de ácidos grasos omega-3; las verduras de hoja verde, por su contenido en folatos y en magnesio; mientras que, las frutas lo van a hacer por su aporte en vitamina C, potasio y folatos. En la leche, hay que señalar la cantidad de calcio y de vitamina C, mientras que, en el caso de los aceites vegetales, como pueden ser el de oliva y el de girasol y en los frutos secos hay que señalar la gran cantidad de vitamina E. Pero, nuestro organismo necesita más de cuarenta nutrientes, día a día, para poder regular su metabolismo, una cantidad y variedad que no puede ser cubierta por una única clase de alimento. Pues bien, aquí vamos a explicar por qué no es sano alimentarse sólo de frutas y por qué es más recomendable comerlas enteras, que en zumos.
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