Si apostamos por un consumo habitual de frutas, que tengan la pulpa blanca, como pueden ser las peras, vamos a poder sufrir una menor incidencia de ictus o un infarto cerebral. Es cierto que las peras no son una fruta muy llamativa, ni por su forma, ni por el color que tiene su piel o por su pulpa. Pero, hay que señalar que las peras guardan muchos secretos nutricionales, por no hablar de otros muchos. En una investigación llevada a cabo por la División de Nutrición Humana de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), se ha catalogado a estas frutas según el color de su parte comestible –o sea, de su pulpa- y se ha asociado a estas frutas con una gran capacidad antioxidante. El estudio, que ha logrado asociar el consumo alimentario y la salud o la enfermedad, a lo largo de un período de 10 años, ha determinado que un mayor consumo de frutas y verduras de carne blanca, entre las que nos encontramos las peras, está relacionado con una menor posibilidad de sufrir un ictus o un infarto cerebral. Esta es una gran razón de peso para aprovechar que las peras están de temporada y comer esta fruta, tanto cocinada como cruda.
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