Llegar
a diagnosticar un hígado graso, o una esteatosis hepático no
alcohólica, es bastante complicada ya que no nos encontramos con
síntomas claros y definitorios. Aunque hay que señalar que las
personas afectadas van a manifestar una serie de signos digestivos,
que son bastante claros -un hinchazón abdominal tras haber ido a
comer, plenitud o digestiones pesadas y largas-, dichas molestias no
se van a entender como resultado de una afección hepática, sino que
estamos ante unas molestias digestivas que se van a sobrellevar,
aunque son bastante incómodas. Pero, su tratamiento va a ser clave
para poder evitar una serie de complicaciones crónicas y graves,
como es el caso de la cirrosis o , incluso, el cáncer de hígado.
Así, lo ha asegurado la Sociedad Española para el Estudio de la
Obesidad -SEEDO-, tras haber alertado que el 90% de las personas que
tiene síndrome metabólico, también, tienen el hígado graso.
Foto:
fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario