Cuando
llega el verano y, con ello, el calor y las horas de sol se
incrementan, queremos ponernos morenos. Pero, ya tenemos claro que la
idea de estar moreno no es sinónimo de estar moreno y, que tomar el
sol, sin llevar a cabo una serie de precauciones, puede provocar la
aparición del temido melanoma, o sea, el cáncer de piel. Pero, no
podemos olvidarnos de que el sol es muy importante para el buen
funcionamiento de nuestro organismo, ya que nos va a proporcionar
vitamina D, o sea, es antidepresivo, va a liberar hormonas y nos va a
dar la sensación de estar en bienestar. En este punto, lo más
importante es llegar a un punto de equilibrio. Si nos vamos a tumbar
al sol es básico que empleemos crema protectora, que va a ser
demandada por nuestra piel, pero, por otro lado, la alimentación
puede ayudarnos a la hora de lograr ese tono bronceado, que tanto
deseamos. Está demostrado que, si consumimos espinacas, mango,
lechuga, calabaza, zanahorias o kiwis, a lo largo del verano y de una
forma habitual, vamos a ayudar a nuestra piel a broncearnos, sin
necesidad de abusar y pasar horas y horas al sol.
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