Según
el doctor Martín Anaya, el mito, que muchas personas piensan que es
verdad, sobre que, cuando la piel está bronceada ya no hace falta
protegerla del sol, es un error: "La radiación
solar en las células produce un efecto acumulativo y,
aunque ya no haya quemaduras, no previene los daños a largo plazo
que ocasionan el sol. Y es que, los rayos dañan las células, el
núcleo, y empiezan a funcionar de una manera anárquica y hace que
se incrementen los cánceres de piel". Porque "piel
bronceada de joven es un piel envejecida de mayor".
Tenemos que recordar que, en las últimas tres décadas se ha
multiplicado por dos la presencia de tumores de la piel y, entre las
mujeres de edades comprendidas entre los 20 y los 29 años, se ha
convertido en el segundo cáncer más frecuente. Y, en España, la
incidencia del melanoma está creciendo en un 7%, entre los más
jóvenes.
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