El
consumo del café, como bebida, se inició en Etiopía. De allí, se
llevó a Arabia; pero, fue en la Meca, donde empezó a surgir, a
finales del siglo XIV, los primeros lugares de degustación. Según
unos estudios realizados, de manera previa, una taza de café posee
unos 75 miligramos de cafeína. Hay que recordar que la tolerancia,
que tiene el organismo, está en torno a unos 300 miligramos, cada
día, o sea, entre tres y cuatro tazas. Más de 200 miligramos, al
día, puede llevar a sufrir nerviosismo, angustia y fatiga, en las
personas más sensibles; y, 1000 miligramos , puede provocar zumbidos
en los oídos, destellos de luz, delirios o taquicardia.
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